Thirteen Reasons

Nos situamos en Newport Beach, lugar de las elegantes mansiones, excéntricos eventos de elite, enormes olas, sol, playa, arena y conflictos. Una ciudad en el condado de Orange que resalta por la ostentosa forma de vivir de cada uno de sus ciudadanos, en donde el que dirán acapara las portadas de los diarios e inventar eventos para la caridad, está lejos de ser su propio calificativo… caridad. Un sector de California que parece tener vida propia, que cree ser un mundo completo, en donde sus más jóvenes habitantes, hijos de exitosos funcionarios públicos, están destinados a formar parte de esto y seguir con las generaciones subiendo la exigencia social con cada paso que dan. En donde ser alguien, no responde a un término personal, sino que a uno grupal. Para triunfar acá debes estar en el ojo del huracán, y créeme de alguna manera, en algún momento te tocará vivirlo.

Pero, ¿qué pasa cuando este orden establecido por la superficialidad entra en crisis? ¿Cuándo se replantean el diario vivir, las posibilidades… la integración? Hace un par de años, un grupo de poderosas familias comenzó a tener una afinidad mayor con sus principios poco aceptados por el resto, quienes sin embargo se hicieron escuchar y remecieron el lugar de tal forma, con tales acuerdos públicos que se aprobó el matrimonio gay, aceptó la manifestación de otra ideología que no fuese la cristiana y permitió entregar becas a estos, y a todas las personas que quisieran estudiar con libertad, incluido el prestigioso Instituto Harbor. El más costoso de los establecimientos educacionales, el más dramático, el más… alto, en la cima de la élite.

Como pueden esperarse esto no cayó bien en absoluto entre los apoderados tanto como los propios alumnos, y aunque las represarías no se hicieron esperar, no importó. Los nuestros estudiantes comenzaron a integrarse y los ánimos seguían subiendo su intensidad. Esto no estaba bien. Había un protocolo que seguir, un orden natural, la homosexualidad, por ejemplo, para ellos era como si tratara de una enfermedad, algo contagioso, que claramente no querían ver en su radar, no lo iban a aceptar. Y no lo hicieron, simplemente se vieron obligados a respirar su aire, compartir cientos de metros cuadrados que tanto habían luchado por conseguir con dinero, no con becas o esa estupidez a la que llamaban “igualdad social”

Sin embargo el tiempo pasó, y las dos generaciones más afectadas con el cambio egresaron el reciente mes, actualmente viven su último verano antes de marcharse a la Universidad los más jóvenes y volver a ellas los más antiguos, aunque aquí viene, lo más importante. Personas como ellos, jóvenes que no aceptan un no por respuesta, buscan venganza, buscan hacerse respetar con todo lo que tuvieron que soportar ante dichos cambios estructuras socialmente hablando, por lo que ahora un clandestino grupo comienza a organizarse con el fin de hacer miserable aquel último verano a quienes se cruzaron en su camino; becados, gays, judíos, etc. etc. contar de que aprendan una lección a como de lugar; robándoles, insultándolos, difamándolos, quebrantando su hogar con forcejeos y todo lo que les pueda llegar a ocurrir.

Pero realmente, ¿Qué buscan? ¿Qué pretenden? La historia ya está escrita, y su supuesto fundamento también, sin embargo hay trece razones que tu desconoces, trece víctimas y atentados mayores que serán fundamentales para el desarrollo de este vandalismo clasista. Trece razones que no se harán esperar, el verano comienza y con ello todo lo que han estado planeando, dos generaciones que parecen ser una en esta que destrozó las fronteras de la paciencia. Trece razones que poco a poco caerán y mostraran sus caras. Listo o no para comprenderlas, no dudes que te veremos en ellas.